SATA: todo lo que necesitas saber sobre esta interfaz y cables
El cable SATA es una de las piezas clave para el funcionamiento de cualquier ordenador, ya que se encarga de conectar los dispositivos de almacenamiento y reproducción con la placa base. Gracias a esta interfaz, podemos acceder a nuestros archivos, instalar programas, reproducir música o películas, y mucho más. Pero, ¿sabes qué es exactamente un cable SATA, qué tipos hay, para qué sirve y qué ventajas tiene?
En este artículo te vamos a explicar todo lo que necesitas saber sobre el cable SATA, desde su origen y su evolución, hasta sus características y especificaciones, pasando por sus usos y aplicaciones más comunes. Además, te daremos algunos consejos y recomendaciones para elegir y utilizar el cable SATA adecuadamente, y para sacarle el máximo partido a esta interfaz. Si quieres conocer a fondo el cable SATA, sigue leyendo y descubre todo lo que te interesa.
Origen y evolución del cable SATA
El cable SATA, cuyo nombre completo es Serial Advanced Technology Attachment, es una interfaz que se utiliza para conectar dispositivos de almacenamiento y reproducción, como discos duros o unidades ópticas, a la placa base de los ordenadores. El cable SATA se introdujo en el año 2003, como sustituto de los antiguos cables PATA o IDE y SCSI, que se usaban para el mismo propósito.
Los cables PATA o IDE eran los más comunes en los ordenadores de sobremesa y portátiles, y se caracterizaban por ser anchos y planos, con 40 o 80 hilos y 40 pines de conexión. Los cables SCSI eran más usados en los servidores y en los dispositivos de alta gama, y se distinguían por ser más rápidos y versátiles, pero también más caros y complejos, con hasta 68 pines de conexión.
El cable SATA supuso una gran mejora frente a estos cables, ya que ofrecía una mayor velocidad de transferencia, un menor tamaño y consumo, una mayor compatibilidad y una mejor gestión del espacio y la refrigeración. El cable SATA es más estrecho y flexible que el PATA o el SCSI, con solo 7 pines de conexión, lo que facilita su instalación y su extracción, y permite una mejor circulación del aire dentro de la caja del ordenador.
El cable SATA ha ido evolucionando a lo largo de los años, pasando por distintas generaciones que han ido aumentando su rendimiento y sus prestaciones. A continuación, vamos a ver las características de cada una de estas generaciones:
- SATA 1.0: fue la primera versión del cable SATA, lanzada en el año 2003. Tenía una velocidad de transferencia de 1,5 Gbps, y era compatible con los dispositivos PATA mediante adaptadores. Su longitud máxima era de 1 metro.
- SATA 2.0: fue la segunda versión del cable SATA, lanzada en el año 2004. Tenía una velocidad de transferencia de 3 Gbps, el doble que la anterior, y añadía algunas mejoras como el NCQ (Native Command Queuing), que optimizaba el orden de las operaciones de lectura y escritura, o el eSATA, que permitía conectar dispositivos externos con esta interfaz. Su longitud máxima seguía siendo de 1 metro.
- SATA 3.0: fue la tercera versión del cable SATA, lanzada en el año 2009. Tenía una velocidad de transferencia de 6 Gbps, el doble que la anterior, y añadía algunas mejoras como el TRIM, que mejoraba el rendimiento y la vida útil de los discos SSD, o el mSATA, que reducía el tamaño de los discos SSD para adaptarse a los dispositivos más pequeños, como los portátiles o las tabletas. Su longitud máxima seguía siendo de 1 metro.
- SATA 3.2: fue la última versión del cable SATA, lanzada en el año 2013. Tenía una velocidad de transferencia de 16 Gbps, el triple que la anterior, y añadía algunas mejoras como el SATA Express, que combinaba el cable SATA con el cable PCI Express, o el SATA M.2, que eliminaba el cable y conectaba directamente el disco SSD a la placa base, ahorrando espacio y mejorando el rendimiento. Su longitud máxima era de 1 metro para el SATA Express y de 0,5 metros para el SATA M.2.
Estas son las principales generaciones de la interfaz SATA, que han ido evolucionando y mejorando con el paso del tiempo. Sin embargo, esto no significa que las versiones anteriores hayan quedado obsoletas, ya que el cable SATA es retrocompatible, es decir, que se puede usar un cable SATA de una generación superior con un dispositivo de una generación inferior, o viceversa, aunque con algunas limitaciones.
Por ejemplo, si usamos un cable SATA 3.0 con un disco duro SATA 2.0, la velocidad de transferencia se ajustará a la del disco duro, y no a la del cable. Por tanto, es importante tener en cuenta la generación y la compatibilidad del cable SATA y del dispositivo que se va a conectar, para aprovechar al máximo sus prestaciones.
Tipos de cable SATA
El cable SATA es una interfaz que se utiliza para conectar dispositivos de almacenamiento y reproducción, como discos duros o unidades ópticas, a la placa base de los ordenadores. Sin embargo, no hay un solo tipo de cable SATA, sino que existen diferentes tipos, según su forma, tamaño y uso. A continuación, vamos a ver los tipos de cable SATA que existen, y cómo se diferencian entre sí.
Cable SATA de datos y cable SATA de alimentación
El primer criterio para diferenciar los tipos de cable SATA es el de su función, es decir, si se trata de un cable SATA de datos o de un cable SATA de alimentación. Estos dos tipos de cable SATA son los más básicos y los más importantes, ya que son los que permiten conectar los dispositivos de almacenamiento y reproducción con la placa base y con la fuente de alimentación, respectivamente.
El cable SATA de datos es el que se encarga de transmitir los datos entre el dispositivo y la placa base, permitiendo el acceso, la lectura y la escritura de los archivos. El cable SATA de datos tiene un conector de 7 pines, que se conecta al puerto SATA de la placa base y al puerto SATA del dispositivo. El cable SATA de datos suele ser de color rojo, aunque también puede ser de otros colores, y tiene una forma en L, que evita que se desconecte accidentalmente.
El cable SATA de alimentación es el que se encarga de suministrar la energía eléctrica al dispositivo, permitiendo su funcionamiento y su encendido y apagado. El cable SATA de alimentación tiene un conector de 15 pines, que se conecta al puerto SATA de la fuente de alimentación y al puerto SATA del dispositivo. El cable SATA de alimentación suele ser de color negro, aunque también puede ser de otros colores, y tiene una forma recta o en ángulo, dependiendo del espacio y la orientación del dispositivo.
Estos son los dos tipos básicos de cable SATA, que se deben usar conjuntamente para conectar los dispositivos de almacenamiento y reproducción con el ordenador. Sin embargo, dentro de estos dos tipos, hay diferentes variantes, según el tamaño, la forma y el uso del cable. Vamos a verlas a continuación.
Tipos de cable SATA de datos
Dentro de los cables SATA de datos, podemos encontrar diferentes tipos, según su forma, tamaño y uso. Estos tipos son los siguientes:
- Cable SATA estándar: es el tipo más común y más usado de cable SATA de datos, que se adapta a la mayoría de los dispositivos de almacenamiento y reproducción. Tiene un conector de 7 pines en forma de L, que se conecta al puerto SATA de la placa base y al puerto SATA del dispositivo. Su longitud suele ser de entre 30 y 50 cm, aunque puede variar según el fabricante y el modelo.
- Cable Low Profile SATA: es un tipo de cable SATA de datos que se usa para conectar dispositivos de almacenamiento y reproducción que tienen un espacio reducido o una orientación diferente. Tiene un conector de 7 pines en forma de L, pero más pequeño y más delgado que el estándar, que se conecta al puerto SATA de la placa base y al puerto SATA del dispositivo. Su longitud suele ser de entre 10 y 20 cm, aunque puede variar según el fabricante y el modelo.
- Cable Micro SATA: es un tipo de cable SATA de datos que se usa para conectar dispositivos de almacenamiento y reproducción que tienen un tamaño muy pequeño, como los discos SSD de 1,8 pulgadas. Tiene un conector de 16 pines, que combina el conector de datos y el de alimentación en uno solo, que se conecta al puerto Micro SATA del dispositivo. Su longitud suele ser de entre 20 y 40 cm, aunque puede variar según el fabricante y el modelo.
- Cable eSATA: es un tipo de cable SATA de datos que se usa para conectar dispositivos de almacenamiento y reproducción externos, como discos duros externos o unidades ópticas externas. Tiene un conector de 7 pines en forma de I, que se conecta al puerto eSATA de la placa base o de la tarjeta de expansión, y al puerto eSATA del dispositivo. Su longitud suele ser de entre 1 y 2 metros, aunque puede variar según el fabricante y el modelo.
Estos son los principales tipos de cable SATA de datos que existen, y que se pueden usar para conectar diferentes dispositivos de almacenamiento y reproducción con la placa base del ordenador. Sin embargo, no hay que confundirlos con los tipos de cable SATA de alimentación, que se usan para suministrar la energía eléctrica a los dispositivos, y que tienen sus propias variantes. Vamos a verlas a continuación.
Tipos de cable SATA de alimentación
Dentro de los cables SATA de alimentación, podemos encontrar diferentes tipos, según su forma, tamaño y uso. Estos tipos son los siguientes:
- Cable SATA de alimentación estándar: es el tipo más común y más usado de cable SATA de alimentación, que se adapta a la mayoría de los dispositivos de almacenamiento y reproducción. Tiene un conector de 15 pines en forma recta, que se conecta al puerto SATA de la fuente de alimentación y al puerto SATA del dispositivo. Su longitud suele ser de entre 10 y 20 cm, aunque puede variar según el fabricante y el modelo.
- Cable SATA de alimentación con ángulo recto: es un tipo de cable SATA de alimentación que se usa para conectar dispositivos de almacenamiento y reproducción que tienen un espacio reducido o una orientación diferente. Tiene un conector de 15 pines en forma de L, que se conecta al puerto SATA de la fuente de alimentación y al puerto SATA del dispositivo. Su longitud suele ser de entre 10 y 20 cm, aunque puede variar según el fabricante y el modelo.
- Cable SATA de alimentación con divisor: es un tipo de cable SATA de alimentación que se usa para conectar varios dispositivos de almacenamiento y reproducción con una sola fuente de alimentación. Tiene un conector de 15 pines en forma recta, que se conecta al puerto SATA de la fuente de alimentación, y dos o más conectores de 15 pines en forma recta o en ángulo, que se conectan a los puertos SATA de los dispositivos. Su longitud suele ser de entre 20 y 40 cm, aunque puede variar según el fabricante y el modelo.
- Cable SATA de alimentación con adaptador MOLEX: es un tipo de cable SATA de alimentación que se usa para conectar dispositivos de almacenamiento y reproducción que tienen un puerto diferente al SATA, como el PATA o el Molex. Tiene un conector de 15 pines en forma recta, que se conecta al puerto SATA de la fuente de alimentación, y un conector de 4 pines en forma recta o en ángulo, que se conecta al puerto PATA o Molex del dispositivo. Su longitud suele ser de entre 10 y 20 cm, aunque puede variar según el fabricante y el modelo.
Estos son los principales tipos de cable SATA de alimentación que existen, y que se pueden usar para suministrar la energía eléctrica a los dispositivos de almacenamiento y reproducción. Sin embargo, no hay que confundirlos con los tipos de cable SATA de datos, que se usan para transmitir los datos entre los dispositivos y la placa base, y que tienen sus propias variantes. Hasta aquí hemos visto los tipos de cable SATA que existen, pero ¿para qué sirven y cómo se usan? Vamos a verlo a continuación.
Usos y aplicaciones del cable SATA
El cable SATA es una interfaz que se utiliza para conectar dispositivos de almacenamiento y reproducción, como discos duros o unidades ópticas, a la placa base y a la fuente de alimentación de los ordenadores. Gracias a esta interfaz, podemos acceder a nuestros archivos, instalar programas, reproducir música o películas, y mucho más. Pero, ¿qué usos y aplicaciones tiene el cable SATA en los ordenadores, tanto de sobremesa como portátiles? Vamos a verlo a continuación.
Discos duros
Los discos duros son los dispositivos de almacenamiento más comunes y más usados en los ordenadores, ya que permiten guardar una gran cantidad de datos de forma permanente y segura. Los discos duros se pueden clasificar en dos tipos: los HDD (Hard Disk Drive) y los SSD (Solid State Drive).
Los HDD son los discos duros tradicionales, que funcionan mediante un sistema mecánico de platos y cabezales, que giran y leen los datos. Los HDD tienen una gran capacidad de almacenamiento, que puede ir desde los 500 GB hasta los 10 TB o más, y un precio relativamente bajo, pero también tienen una velocidad de transferencia, un rendimiento y una durabilidad inferiores a los SSD.
Los SSD son los discos duros modernos, que funcionan mediante un sistema electrónico de chips de memoria, que almacenan y acceden a los datos. Los SSD tienen una menor capacidad de almacenamiento, que suele ir desde los 120 GB hasta los 2 TB o más, y un precio más alto, pero también tienen una velocidad de transferencia, un rendimiento y una durabilidad superiores a los HDD.
Los discos duros se pueden conectar con el cable SATA, tanto de datos como de alimentación, a la placa base y a la fuente de alimentación del ordenador. El cable SATA de datos se conecta al puerto SATA de la placa base y al puerto SATA del disco duro, mientras que el cable SATA de alimentación se conecta al puerto SATA de la fuente de alimentación y al puerto SATA del disco duro. De esta forma, el disco duro puede funcionar y comunicarse con el ordenador, permitiendo el acceso, la lectura y la escritura de los datos.
El cable SATA ofrece varias ventajas para conectar los discos duros, como la mayor velocidad de transferencia, el menor consumo de energía, la mayor compatibilidad y la mejor gestión del espacio y la refrigeración. El cable SATA permite una velocidad de transferencia de hasta 16 Gbps, según la generación del cable y del disco duro, lo que se traduce en una mayor rapidez y fluidez a la hora de acceder, leer y escribir los datos. El cable SATA tiene un menor consumo de energía que otros cables, como el PATA o el SCSI, lo que se traduce en un menor gasto eléctrico y una mayor eficiencia energética. El cable SATA es compatible con la mayoría de los discos duros, tanto HDD como SSD, y con la mayoría de las placas base y fuentes de alimentación, lo que se traduce en una mayor facilidad y versatilidad a la hora de conectar los dispositivos. El cable SATA tiene un menor tamaño y una mayor flexibilidad que otros cables, como el PATA o el SCSI, lo que se traduce en una mejor gestión del espacio y la refrigeración dentro de la caja del ordenador, evitando el enredo y el sobrecalentamiento de los componentes.
Estas son algunas de las ventajas que ofrece el cable SATA para conectar los discos duros, que son los dispositivos de almacenamiento más comunes y más usados en los ordenadores. Sin embargo, el cable SATA no solo se usa para conectar los discos duros, sino también otros dispositivos de almacenamiento y reproducción, como las unidades ópticas. Vamos a verlo a continuación.
Unidades ópticas
Las unidades ópticas son los dispositivos de reproducción que se utilizan para leer y grabar discos ópticos, como CD, DVD o Blu-Ray. Estos discos ópticos se usan para almacenar y reproducir datos, como música, películas, juegos, programas o documentos. Las unidades ópticas se pueden clasificar en dos tipos: las internas y las externas.
Las unidades ópticas internas son las que se instalan dentro de la caja del ordenador, y se conectan con el cable SATA, tanto de datos como de alimentación, a la placa base y a la fuente de alimentación. El cable SATA de datos se conecta al puerto SATA de la placa base y al puerto SATA de la unidad óptica, mientras que el cable SATA de alimentación se conecta al puerto SATA de la fuente de alimentación y al puerto SATA de la unidad óptica. De esta forma, la unidad óptica puede funcionar y comunicarse con el ordenador, permitiendo la lectura y la escritura de los discos ópticos.
Las unidades ópticas externas son las que se conectan al ordenador mediante un cable USB o eSATA, y se alimentan de la corriente eléctrica o de la batería del ordenador. El cable USB o eSATA se conecta al puerto USB o eSATA del ordenador y al puerto USB o eSATA de la unidad óptica. De esta forma, la unidad óptica puede funcionar y comunicarse con el ordenador, permitiendo la lectura y la escritura de los discos ópticos.
El cable SATA ofrece varias ventajas para conectar las unidades ópticas internas, como la mayor velocidad de transferencia, el menor consumo de energía, la mayor compatibilidad y la mejor gestión del espacio y la refrigeración. El cable SATA permite una velocidad de transferencia de hasta 16 Gbps, según la generación del cable y de la unidad óptica, lo que se traduce en una mayor rapidez y fluidez a la hora de leer y grabar los discos ópticos. El cable SATA tiene un menor consumo de energía que otros cables, como el PATA o el SCSI, lo que se traduce en un menor gasto eléctrico y una mayor eficiencia energética. El cable SATA es compatible con la mayoría de las unidades ópticas, tanto de CD, DVD o Blu-Ray, y con la mayoría de las placas base y fuentes de alimentación, lo que se traduce en una mayor facilidad y versatilidad a la hora de conectar los dispositivos. El cable SATA tiene un menor tamaño y una mayor flexibilidad que otros cables, como el PATA o el SCSI, lo que se traduce en una mejor gestión del espacio y la refrigeración dentro de la caja del ordenador, evitando el enredo y el sobrecalentamiento de los componentes.
Estas son algunas de las ventajas que ofrece el cable SATA para conectar las unidades ópticas internas, que son los dispositivos de reproducción más comunes y más usados en los ordenadores. Sin embargo, el cable SATA no solo se usa para conectar las unidades ópticas internas, sino también otros dispositivos de almacenamiento y reproducción externos, como las memorias USB, las tarjetas SD o los discos duros externos. Vamos a verlo a continuación.
Dispositivos de almacenamiento y reproducción externos
Los discos duros externos son los dispositivos de almacenamiento externos que se usan para guardar una gran cantidad de datos de forma externa y segura. Los discos duros externos se conectan al puerto USB o eSATA del ordenador, y se alimentan de la corriente eléctrica o de la batería del ordenador, o de una fuente de alimentación externa. Los discos duros externos tienen una capacidad de almacenamiento que puede ir desde los 500 GB hasta los 10 TB o más, y una velocidad de transferencia que depende del tipo de USB o eSATA, que puede ser 2.0, 3.0, 3.1 o 3.2.
Actualmente el cable ESATA se encuentra en desuso y ha pasado a mejor vida dadas las velocidades y practicidad del los nuevos conectores USB.
Estas son algunas de las ventajas que ofrece el cable SATA para conectar los dispositivos de almacenamiento y reproducción externos, que son una opción muy útil y práctica para guardar o reproducir datos en el ordenador. Hasta aquí hemos visto los usos y aplicaciones del cable SATA en los ordenadores, pero ¿cómo elegir y utilizar el cable SATA adecuadamente? Vamos a verlo a continuación.
Consejos y recomendaciones para elegir y utilizar el cable SATA
El cable SATA es una interfaz que se utiliza para conectar dispositivos de almacenamiento y reproducción, como discos duros o unidades ópticas, a la placa base y a la fuente de alimentación de los ordenadores. Sin embargo, no basta con tener un cable SATA, sino que hay que saber elegirlo y utilizarlo adecuadamente, teniendo en cuenta aspectos como la calidad, la longitud, la forma, el tipo y la compatibilidad del cable. A continuación, vamos a ofrecer algunos consejos y recomendaciones para elegir y utilizar el cable SATA de la mejor forma posible.
- Elegir un cable SATA de buena calidad, que garantice una buena transmisión de datos y una mayor durabilidad. Para ello, se puede optar por cables SATA de marcas reconocidas y con buenas valoraciones, que cumplan con los estándares de calidad y seguridad, y que ofrezcan una buena garantía y servicio técnico. También se puede comprobar que el cable SATA tenga un buen aislamiento, un buen blindaje y un buen enganche, que eviten interferencias, cortocircuitos o desconexiones.
- Elegir un cable SATA de la longitud adecuada, que no sea ni demasiado corto ni demasiado largo, para evitar problemas de conexión o de enredo. Para ello, se puede medir la distancia entre el dispositivo y la placa base o la fuente de alimentación, y elegir un cable SATA que se ajuste a esa medida, sin dejar mucho margen ni quedarse corto. También se puede optar por cables SATA con ángulo recto, que se adapten mejor al espacio y a la orientación de los dispositivos.
- Elegir un cable SATA de la forma adecuada, que se adapte al espacio y a la orientación de los dispositivos que se van a conectar, y que facilite la instalación y la extracción del cable. Para ello, se puede elegir entre cables SATA rectos o en ángulo, según la posición de los puertos SATA de los dispositivos, y entre cables SATA estándar o low profile, según el tamaño de los dispositivos. También se puede optar por cables SATA con cierre de seguridad, que eviten que el cable se suelte accidentalmente.
- Elegir un cable SATA del tipo adecuado, que se corresponda con el dispositivo que se va a conectar, y que ofrezca las prestaciones y las características que se necesitan. Para ello, se puede elegir entre cables SATA de datos o de alimentación, según la función que se quiera realizar, y entre cables SATA de diferentes generaciones, según la velocidad de transferencia que se quiera obtener. También se puede elegir entre cables SATA de diferentes variantes, como eSATA, Micro SATA o SATA M.2, según el tipo de dispositivo que se quiera conectar.
- Elegir un cable SATA compatible, que sea de la misma generación o superior que el dispositivo que se va a conectar, y que tenga el mismo tipo de conector o el adaptador correspondiente. Para ello, se puede comprobar la generación y el tipo de conector del dispositivo y del cable SATA, y asegurarse de que coincidan o de que se pueda usar un adaptador. También se puede comprobar la compatibilidad del dispositivo y del cable SATA con la placa base y la fuente de alimentación, y evitar posibles conflictos o incompatibilidades.
Estos son algunos de los consejos y recomendaciones que se pueden seguir para elegir y utilizar el cable SATA adecuadamente, y para sacarle el máximo partido a esta interfaz. Siguiendo estos consejos y recomendaciones, se podrá conectar los dispositivos de almacenamiento y reproducción con el ordenador de forma fácil, rápida y segura, y se podrá disfrutar de una mejor experiencia de uso y de una mayor calidad de los datos.
En este artículo hemos explicado todo lo que necesitas saber sobre el cable SATA, desde su origen y su evolución, hasta sus tipos, usos y aplicaciones, pasando por sus consejos y recomendaciones. Hemos visto que el cable SATA es una interfaz fundamental para conectar dispositivos de almacenamiento y reproducción, como discos duros o unidades ópticas, a la placa base y a la fuente de alimentación de los ordenadores, y que ofrece varias ventajas frente a otras interfaces anteriores, como la mayor velocidad de transferencia, el menor consumo de energía, la mayor compatibilidad y la mejor gestión del espacio y la refrigeración.
Esperamos que este artículo te haya sido útil e interesante, y que te haya ayudado a conocer a fondo el cable SATA, y a elegirlo y utilizarlo adecuadamente.