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Errores comunes al montar tu PC Gaming

Construir el PC de tus sueños es gratificante, pero un error puede ser costoso. Esta guía detallada te lleva paso a paso, desde la planificación y compra (NVMe, RAM, PSU) hasta el ensamblaje seguro (ESD, 12VHPWR) y las comprobaciones finales. Basada en experiencia real y buenas prácticas actualizadas.

Pulsar el botón de encendido de un PC Gaming que has montado tú mismo es, sin duda, muy gratificante. Es el resultado final de investigar, elegir cada pieza y ensamblarlas con cuidado. Pero ¡ojo!, este proyecto puede torcerse y generar frustración (y gastos extra) si caes en algunos de los errores comunes al construir un PC gaming. Ya sea por incompatibilidades que pasaste por alto, pequeños descuidos al montar o problemas al arrancar, estos fallos pueden limitar el rendimiento, dañar componentes que no son precisamente baratos, o directamente dejarte con un PC que no enciende.

Precisamente por eso hemos creado este artículo. Queremos echarte una mano, tanto si es tu primera vez como si ya has montado alguno pero quieres pulir detalles, para que identifiques y evites esos errores típicos que vemos constantemente. Aquí te daremos consejos prácticos para montar tu PC sin fallos, asegurando que funcione como debe desde el principio y te dure ofreciendo el mejor rendimiento posible.

Y no te contamos solo teoría. Lo que viene ahora se basa en nuestra propia experiencia montando muchísimos equipos, en las recomendaciones de expertos de la industria y de los propios fabricantes de componentes, y en analizar los problemas más habituales. Buscamos darte la información técnica precisa  y la seguridad para que tu montaje vaya sobre ruedas. ¡Empecemos!

Fase 1: Planificación y preparación, la base del éxito

Antes siquiera de pensar en abrir la caja de tu nueva CPU o placa base, hay una fase previa que muchos pasan por alto y que es absolutamente fundamental: la planificación y preparación. Puede que no suene como la parte más divertida, pero dedicarle un poco de tiempo aquí te ahorrará muchos dolores de cabeza (y dinero) más adelante.

Por qué planificar bien marca la diferencia

Quizás te preguntes si realmente es para tanto. La respuesta corta es sí. Una buena planificación es crucial porque te ayuda a evitar los problemas más básicos antes incluso de que tengas las piezas delante. Piensa que investigar un poco ahora te asegura que todos los componentes que elijas sean compatibles entre sí, evitando así el clásico error número uno que frustra tantos montajes. Además, te permite diseñar un equipo equilibrado, previniendo cuellos de botella innecesarios, como tener una tarjeta gráfica increíble frenada por una CPU que no da la talla. No menos importante, planificar te ayuda a optimizar tu presupuesto, asegurándote de invertir donde realmente necesitas para el uso que le vas a dar al PC. Y, por supuesto, te da claridad sobre qué herramientas, espacio y tiempo vas a necesitar antes de ponerte manos a la obra. Créenos, dedicar tiempo a esta fase es mucho mejor que descubrir a mitad del montaje que la RAM no encaja o que te falta un cable esencial.

Fase 2: Errores comunes al comprar los componentes

Has planificado, tienes tus herramientas listas y sabes cómo protegerte de la estática. ¡Genial! Pero ahora viene una parte igualmente crítica: elegir y comprar las piezas adecuadas. Una mala decisión aquí puede comprometer todo el rendimiento y la estabilidad de tu futuro PC Gaming, incluso si lo ensamblas perfectamente. Vamos a ver los tropiezos más habituales en esta fase.

Ignorar la compatibilidad de componentes

Este es, sin duda, el rey de los errores y el que más frustraciones causa. Compras piezas que parecen perfectas por separado, pero que simplemente no funcionan juntas. La compatibilidad de componentes pc no es negociable, y tienes que verificarla en varios frentes:

  • CPU y Placa Base: No todas las CPUs funcionan en todas las placas base. Debes asegurarte de que el socket de la CPU coincida con el de la placa (ej. AM5, LGA1700) y que el chipset de la placa sea compatible con tu procesador (a veces puede requerir una actualización de BIOS, ¡otro punto a verificar!).

  • Memoria RAM y Placa Base: Comprueba el tipo de RAM soportado (¿DDR4, DDR5?), la velocidad máxima que admite la placa y si los módulos específicos que quieres comprar están en la Lista de Vendedores Cualificados (QVL) de la placa base. La QVL es una lista que el fabricante de la placa publica indicando qué módulos de RAM han sido probados y garantizan su funcionamiento. Aunque no estar en la QVL no siempre significa incompatibilidad, seguirla da más seguridad.

  • Tarjeta Gráfica (GPU) con la Caja y la Placa Base: Las GPUs modernas pueden ser enormes. Verifica las dimensiones físicas (largo, alto, ancho) de la tarjeta y asegúrate de que quepa en la caja que has elegido. También confirma que tienes el slot PCIe x16 necesario en la placa base.

  • Fuente de Alimentación (PSU) y Consumo Total: La PSU debe poder entregar suficiente potencia a todos los componentes. Suma el consumo estimado de la CPU, GPU, placa, RAM, discos, ventiladores, etc., y elige una fuente que ofrezca un margen razonable por encima (un 20-30% extra es una buena regla general) para asegurar estabilidad y posibles futuras ampliaciones.

¿Cómo verificar todo esto? La respuesta es simple pero requiere diligencia: lee los manuales y las especificaciones técnicas en las páginas web oficiales de los fabricantes de cada componente.

Para una visión general inicial, herramientas online como PCPartPicker pueden ser muy útiles para detectar incompatibilidades básicas, pero siempre debes contrastar la información con las fuentes oficiales antes de comprar.

Escatimar en la fuente de alimentación (PSU)

La tentación de ahorrar en la fuente de alimentación para invertir más en la CPU o la GPU es grande, pero es una pésima idea. Una PSU de baja calidad o con potencia insuficiente es una bomba de relojería para tu sistema . Puede causar inestabilidad (reinicios, cuelgues), voltajes fluctuantes que dañen tus otros componentes a corto o largo plazo, o simplemente no entregar la potencia necesaria cuando el equipo esté bajo carga.

80-PLUS-cetificaciones

Busca siempre fuentes de marcas reconocidas y fíjate en las certificaciones de eficiencia y rendimiento. La más conocida es la certificación 80 Plus (desde 80 Plus Bronze hasta Titanium), que indica la eficiencia energética y suele ser un buen indicador inicial de calidad. Sin embargo, hoy en día existe una certificación más moderna y exigente: Cybenetics.

Cybenetics no solo mide la eficiencia energética (ETA) con una granularidad mucho mayor que 80 Plus y en un rango más amplio de cargas, sino que también introduce una certificación de nivel de ruido (LAMBDA). Esto es algo que 80 Plus ignora por completo y es crucial si buscas un PC silencioso. Optar por una fuente con una buena certificación Cybenetics (tanto ETA como LAMBDA) te da una garantía aún mayor sobre su rendimiento real, calidad de construcción y sonoridad.

cybenetics certificados

Calcula bien la potencia que necesitas (como vimos en el punto anterior) y no te quedes corto. Invertir un poco más en una buena PSU, idealmente con certificaciones modernas como Cybenetics además de 80 Plus, es invertir en la salud, estabilidad y confort acústico de todo tu PC.

Memoria RAM insuficiente o inadecuada

La memoria RAM es crucial para el rendimiento general y especialmente en juegos. Hoy en día, 16 GB se considera el mínimo recomendable para un PC Gaming decente. Con menos, notarás ralentizaciones y tirones en juegos modernos y al realizar multitarea. Si tu presupuesto lo permite, saltar a 32 GB ofrece un margen mucho más cómodo para los juegos más exigentes y para el futuro.

Pero no solo importa la cantidad. Fíjate bien en cómo y qué tipo de RAM eliges:

Prioriza el Dual Channel: La mayoría de las placas base de consumo (tanto DDR4 como DDR5) están diseñadas para funcionar óptimamente en Dual Channel. Esto significa instalar dos módulos de RAM idénticos (o cuatro, si la placa lo soporta y especialmente en DDR4). Usar dos módulos permite que la CPU acceda a la memoria de forma más eficiente, dando un impulso notable al rendimiento comparado con usar un solo módulo. Compra siempre 2 módulos.

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¡Ojo con DDR5 y Quad Channel! Aunque algunas plataformas de gama muy alta (HEDT) soportan Quad Channel, intentar usar cuatro módulos de RAM DDR5 en placas base de consumo estándar (que suelen tener 4 slots pero operan en Dual Channel) frecuentemente causa problemas de estabilidad y compatibilidad, especialmente a altas velocidades. Para DDR5, la recomendación general es enfocarse en un kit de 2 módulos (Dual Channel) para asegurar la máxima estabilidad y rendimiento publicitado.

Velocidad y Latencia: El punto justo: Aquí es donde las diferencias entre DDR4 y DDR5 se notan, y donde podemos caer en el error de gastar de más por ganancias mínimas.

Para DDR4: El estándar de facto para un buen rendimiento gaming es 3200 MHz con una latencia CL16. Si encuentras un buen kit de 3600 MHz CL18 (o incluso CL16 si el precio acompaña), puede dar un pequeño extra, sobre todo con procesadores AMD Ryzen. Sin embargo, ir más allá de 3600 MHz en DDR4 raramente compensa; las ganancias de rendimiento suelen ser irrisorias en comparación con el aumento de precio y el riesgo de incompatibilidad.

Para DDR5: La tecnología es más nueva y las velocidades son más altas, pero también hay un punto óptimo muy claro. Actualmente, el sweet spot o punto dulce para rendimiento, estabilidad y precio es 6000 MT/s con una latencia CL30. Esta combinación es especialmente beneficiosa para los procesadores AMD Ryzen 7000. Si bien existen kits más rápidos, subir mucho más allá de 6000 MT/s a menudo ofrece una ganancia de rendimiento mínima en juegos, mientras que el coste y la dificultad para lograr estabilidad aumentan considerablemente.

Recuerda que para alcanzar las velocidades anunciadas (tanto en DDR4 como en DDR5), casi siempre tendrás que activar manualmente los perfiles XMP (Intel) o EXPO (AMD) en la BIOS/UEFI de tu placa base.

Descuidar la refrigeración desde la compra

El calor es el enemigo del rendimiento y la durabilidad. Pensar en la refrigeración solo durante el montaje es un error; debes considerarla al elegir componentes clave:

La Caja: No todas las cajas bonitas refrigeran bien. Busca cajas con buen flujo de aire (diseño con frontal mallado o amplias entradas de aire, espacio para varios ventiladores). Una caja cerrada y restrictiva convertirá tu PC en un horno, provocando thermal throttling (la CPU y/o GPU reducen su velocidad para no sobrecalentarse), más ruido de los ventiladores y una menor vida útil de los componentes.

El Disipador de la CPU: Los disipadores que vienen de serie con algunas CPUs (stock coolers) suelen ser muy básicos. Si has comprado una CPU de gama media o alta, o piensas hacer overclocking, invertir en un buen disipador de aire o un sistema de refrigeración líquida (AIO) es casi obligatorio para mantener las temperaturas bajo control y el rendimiento estable. Investiga qué disipador es adecuado para el TDP (Thermal Design Power) de tu CPU.

Subestimar la elección del almacenamiento principal (SSD NVMe)

Hubo un tiempo en que un disco duro mecánico (HDD) era suficiente, pero para un PC Gaming moderno, elegir correctamente el almacenamiento principal es absolutamente mandatorio, y aquí es donde muchos tropiezan por desconocimiento o por intentar ahorrar unos pocos euros. Olvídate de los HDD para instalar tu sistema operativo y juegos principales; la diferencia en tiempos de carga y respuesta general del sistema es abismal.

Hoy en día, un SSD NVMe es la elección indiscutible. Estos pequeños módulos se conectan directamente a la placa base (en slots M.2) y ofrecen velocidades muy superiores a los SSDs SATA tradicionales. Pero no todos los NVMe son iguales:

Generación PCIe: Busca como mínimo un NVMe PCIe Gen 3.0. Sin embargo, si tu placa base y CPU lo soportan (plataformas recientes de Intel y AMD), lo ideal es optar por un NVMe PCIe Gen 4.0. Ofrecen velocidades teóricas significativamente mayores, lo que puede ser beneficioso en ciertas tareas y asegura estar preparado para futuras tecnologías como DirectStorage. (Nota: Un Gen 4.0 funcionará en un slot Gen 3.0, pero limitado a velocidades Gen 3.0).

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Capacidad Mínima: Con el tamaño creciente de los juegos y del propio sistema operativo, considera 1 TB como el punto de partida sensato para tu unidad principal. Menos de eso (ej. 500GB) se llenará extremadamente rápido, obligándote a desinstalar juegos constantemente.

Durabilidad (TBW): ¡No lo ignores! Todas las unidades SSD tienen una vida útil limitada, medida en Terabytes Written (TBW). Este valor indica cuántos terabytes de datos se pueden escribir en la unidad antes de que las celdas de memoria comiencen a degradarse teóricamente.

Un TBW más alto significa mayor durabilidad. Aunque para un uso gaming normal es difícil alcanzar el límite de TBW de la mayoría de unidades decentes, es un indicador importante de la calidad y resistencia de la unidad, especialmente si planeas darle un uso intensivo o mantenerla durante muchos años. Compara el TBW entre modelos similares; a veces, una pequeña diferencia de precio justifica un TBW mucho mayor.

Más allá de las velocidades secuenciales: Es muy fácil dejarse llevar por las enormes cifras de MB/s en lectura y escritura secuencial que anuncian los fabricantes. Si bien son importantes, no cuentan toda la historia, especialmente para el uso real de un sistema operativo y juegos. Hay otros parámetros cruciales:

Rendimiento Aleatorio (IOPS): Las operaciones de lectura/escritura aleatoria (medidas en IOPS – Input/Output Operations Per Second) son fundamentales para la agilidad del sistema. El arranque de Windows, la carga de aplicaciones y los tiempos de carga de muchos juegos dependen más de la rapidez con la que el SSD maneja miles de pequeños archivos dispersos (alto rendimiento aleatorio) que de la velocidad con la que lee un único archivo grande (velocidad secuencial). Busca unidades con buenas cifras de IOPS aleatorios 4K (especialmente en lectura).

Caché DRAM: Muchos SSD NVMe de gama media y alta incluyen un chip de memoria DRAM dedicado que actúa como caché. Esta caché ayuda enormemente al rendimiento, especialmente en operaciones de escritura sostenidas y en el manejo de archivos pequeños y aleatorios (mejora los IOPS). Los SSDs «DRAM-less» (sin DRAM dedicada) son más baratos, pero suelen ofrecer un rendimiento menos consistente y pueden ralentizarse significativamente bajo cargas pesadas . Si tu presupuesto lo permite, prioriza un SSD NVMe con caché DRAM para una experiencia más fluida y estable.

(Avanzado) Tipo de NAND y controlador: Aunque puede ser más técnico, el tipo de memoria NAND (TLC es común y bueno, QLC es más denso y barato pero generalmente menos rápido y duradero) y la calidad del controlador también influyen en el rendimiento y la longevidad. No es necesario obsesionarse, pero leer reseñas especializadas que analicen estos componentes puede dar una imagen más completa de la calidad de la unidad.

En resumen, no te limites a buscar el NVMe más barato por GB. Investiga un poco, compara especificaciones clave como la generación PCIe, el TBW, los IOPS aleatorios y si tiene caché DRAM. Invertir en un buen SSD NVMe es una de las mejoras que más notarás en el uso diario de tu PC Gaming.

Comprar Sólo por la Apariencia (RGB sobre Rendimiento)

El RGB y los diseños llamativos están de moda, pero no deberían ser tu prioridad número uno si tienes un presupuesto ajustado. Es preferible invertir en una mejor especificación técnica (una GPU un poco más potente, más RAM, una mejor PSU) que en luces de colores si tienes que elegir. Una vez tengas una base sólida de rendimiento, siempre puedes añadir estética más adelante. Prioriza la función sobre la forma, especialmente al principio.

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Presupuesto desbalanceado

Es fácil emocionarse y gastar la mayor parte del presupuesto en una CPU o GPU de última generación, dejando muy poco para lo demás. Esto lleva a cuellos de botella: un componente muy potente se ve limitado porque otro componente no puede seguirle el ritmo.

El ejemplo clásico es una GPU de gama alta combinada con una CPU de gama baja. En juegos, la CPU no podrá preparar los fotogramas lo suficientemente rápido para la GPU, desperdiciando su potencial. Lo mismo puede ocurrir al revés, o si combinas componentes potentes con una placa base muy básica que limita la entrega de energía o futuras ampliaciones. Busca un equilibrio razonable entre CPU, GPU y placa base acorde a tu presupuesto y al uso principal del PC (gaming a cierta resolución y tasa de refresco).

Olvidar componentes «secundarios»

En la emoción de elegir CPU y GPU, a veces se olvidan piezas esenciales o muy importantes para la experiencia final:

  • Sistema Operativo: ¿Tu presupuesto incluye la licencia de Windows (o el SO que vayas a usar)? Algunas ofertas de PCs premontados baratos lo omiten.

  • Conectividad: ¿Necesitas WiFi y Bluetooth? Si la placa base no los incluye de serie, tendrás que comprar un adaptador (tarjeta PCIe o USB) aparte.

Fase 3: Errores comunes durante el ensamblaje físico

Ya tienes todos los componentes compatibles y de calidad sobre la mesa. ¡Es hora de montar! Pero cuidado, este es el momento donde un pequeño despiste o un exceso de confianza pueden tener consecuencias físicas directas sobre el hardware. La precisión, la paciencia y seguir un método son tus mejores aliados ahora. Vamos a repasar los tropiezos más habituales al juntar las piezas.

Herramientas esenciales para el montaje

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No necesitas un taller profesional, pero sí unas cuantas herramientas básicas. Asegúrate de tenerlas a mano antes de empezar:

  • Destornilladores: Un buen juego de destornilladores de estrella (Phillips) es indispensable, especialmente los tamaños PH1 y PH2. Si uno tiene la punta magnética, te facilitará mucho la vida con los tornillos pequeños. Un destornillador plano pequeño puede ser útil para algún detalle puntual.

  • Bridas o Velcro para Cables: Para mantener los cables organizados dentro de la caja. No es solo por estética, mejora el flujo de aire. El velcro es reutilizable y más cómodo si piensas hacer cambios a futuro.

  • Alicate de Corte Pequeño o Tijeras: Para cortar las bridas si las usas.

  • Linterna: Incluso en una habitación bien iluminada, una linterna (la del móvil sirve) ayuda a ver bien dentro de los rincones oscuros de la caja.

  • (Opcional pero Recomendado): Una bandeja pequeña o varios recipientes para organizar los diferentes tipos de tornillos que vienen con la caja y los componentes.

Tener todo esto preparado evita interrupciones y la tentación de usar herramientas inadecuadas que podrían dañar algo.

¡Prioridad absoluta! Protección antiestática (ESD)

Y llegamos al punto más crítico y a menudo ignorado: la descarga electrostática (ESD). Quizás pienses que es una exageración, pero es uno de los mayores peligros silenciosos al montar un pc.

  • ¿Qué es la ESD? Es esa pequeña descarga eléctrica (a veces imperceptible para ti) que ocurre cuando hay una diferencia de potencial entre tu cuerpo y un componente electrónico. Esa pequeña chispa puede ser suficiente para dañar permanentemente circuitos delicados en tu placa base, RAM, CPU o tarjeta gráfica.

  • ¿Cómo protegerse? ¡Es fácil!

    • La mejor opción: Usa una pulsera antiestática. Se conecta a una parte metálica sin pintar de la caja del PC (o a una toma de tierra) y te mantiene constantemente descargado. Son baratas y muy efectivas.

    • Alternativa mínima: Antes de tocar cualquier componente electrónico, toca una superficie metálica grande y sin pintar (como el chasis metálico de la caja del PC, una vez enchufada la fuente pero apagada desde su interruptor trasero, o un radiador) para descargar la electricidad estática acumulada en tu cuerpo. Repite esto frecuentemente durante el montaje.

    • Entorno: Trabaja sobre una superficie no conductora (madera, goma) y evita alfombras o ropa que genere mucha estática (lana, algunos sintéticos) mientras montas el equipo. No montes el PC encima de las bolsas antiestáticas en las que vienen los componentes; su exterior no siempre protege y el interior sí puede ser conductor.

Ignorar la protección ESD es jugársela. En el 99% de los casos puede que no pase nada, o puede que tu componente nuevo quede inservible sin que te des cuenta hasta que intentes encender el PC. No te arriesgues.

¡No leer los manuales!

Parece obvio, ¿verdad? Pues es increíble la cantidad de gente que se lanza a montar sin siquiera echar un vistazo a los manuales que vienen con la placa base, la caja, el disipador de la CPU y otros componentes clave. Cada pieza tiene sus particularidades: dónde conectar exactamente los cables del panel frontal, qué slots usar para la RAM en Dual Channel, cómo instalar correctamente el sistema de montaje del disipador…

Los manuales están ahí por una razón. Contienen información específica y crucial para tu hardware concreto. Ignorarlos es la receta perfecta para cometer errores tontos, perder tiempo intentando adivinar cosas, o peor aún, conectar algo mal y causar un problema. El paso más simple y efectivo para evitar muchos errores es, simplemente, leer. Tómate unos minutos para revisar el manual de la placa base antes de empezar, es tu guía principal.

Manejo incorrecto y daños por estática (ESD)

Ya hablamos de la importancia de la protección antiestática (ESD), pero hay que insistir: mantén las precauciones durante TODO el proceso de montaje. Sigue usando tu pulsera antiestática o tocando metal frecuentemente antes de manipular cualquier componente sensible (placa base, CPU, RAM, GPU, SSD NVMe).

Además de la ESD, el manejo físico descuidado puede causar daños:

  • No toques los contactos dorados de la RAM, la GPU o la CPU. La grasa de tus dedos puede interferir con la conexión. Sujeta los componentes por los bordes.

  • Manipula la CPU con extremo cuidado, especialmente si es de tipo LGA (Intel), donde los pines están en el socket de la placa base y son muy frágiles. Sujétala por los bordes y nunca toques la superficie inferior.

  • No fuerces nada. Si un componente no entra suavemente en su sitio (RAM, GPU, CPU), detente y comprueba que está bien alineado y que no hay obstrucciones. Forzarlo puede doblar pines, romper conectores o dañar la placa.

Instalación incorrecta de la CPU

Instalar la CPU es uno de los momentos más delicados. Un error aquí puede ser fatal para el procesador o la placa base. Los errores más comunes son:

  • Alineación Incorrecta: Todas las CPUs y sockets tienen marcas de alineación (normalmente un triángulo o una muesca en una esquina). Asegúrate de que estas marcas coincidan perfectamente antes de intentar asentar la CPU. Consulta el manual de tu placa base para ver la orientación correcta.

  • ¡Forzar la CPU! Este es el error crítico. La CPU debe caer en el socket por su propio peso, sin necesidad de aplicar presión. Si no encaja suavemente, es que no está bien alineada. Nunca, NUNCA fuerces la CPU para que entre. Levántala, verifica la alineación y vuelve a intentarlo con calma. Forzarla es la forma más segura de doblar los pines (ya sea en la CPU si es PGA/AMD o en el socket si es LGA/Intel), lo que puede dejar inservible el componente.

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  • Cierre Incorrecto del Socket: Una vez la CPU está correctamente asentada, cierra la palanca de retención del socket. Debe ofrecer cierta resistencia, pero no excesiva. Asegúrate de que la palanca queda bien fijada en su posición final.

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Aplicación incorrecta de la pasta térmica

La pasta térmica es esa sustancia que se aplica entre la CPU y el disipador para asegurar una buena transferencia de calor. Aplicarla mal afecta directamente al enfriamiento:

  • Demasiada Pasta: Si pones un pegote enorme, la pasta sobrante puede desbordar y manchar el socket o la placa base. Además, una capa demasiado gruesa puede ser menos eficiente transfiriendo calor que una capa fina y uniforme.

  • Muy Poca Pasta: Si no pones suficiente, o no cubre bien toda la superficie del IHS (la parte metálica superior de la CPU), habrá zonas sin contacto térmico adecuado, creando puntos calientes y reduciendo la eficacia del disipador.

  • Método de Aplicación: Hay varios métodos válidos (un pequeño guisante en el centro, una línea, una X, extender una capa fina con una espátula…). El método del guisante (del tamaño de un grano de arroz o guisante pequeño) en el centro suele ser el más recomendado para principiantes, ya que la propia presión del disipador al montarlo la extiende de forma bastante uniforme.

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Lo importante es asegurar una cobertura completa pero fina una vez montado el disipador. No reutilices pasta térmica vieja si quitas el disipador; límpiala bien (con alcohol isopropílico) y aplica nueva.

Instalación incorrecta de la memoria RAM

Aunque parece sencillo, hay detalles clave al instalar la RAM:

  • Slots Correctos para Dual Channel: Como vimos al comprar, usar los slots adecuados es vital para el rendimiento. Consulta el manual de tu placa base para saber qué par de slots usar (normalmente son el 2º y 4º contando desde la CPU, pero ¡verifica!). Instalar los módulos en slots incorrectos puede hacer que funcionen en Single Channel o directamente no arranquen.

  • Asegurar el «Click»: Abre los clips de los extremos del slot de RAM. Alinea la muesca del módulo de RAM con la muesca del slot (son asimétricas para evitar errores). Presiona firmemente hacia abajo por ambos extremos del módulo a la vez hasta que escuches y sientas un «click» claro de los clips cerrándose y sujetando la RAM. Si no hace click o queda torcida, no está bien instalada.

  • No Mezclar Kits (Idealmente): Aunque a veces funciona, mezclar kits de RAM diferentes (incluso si son de la misma capacidad y velocidad teórica) puede causar inestabilidad. Es mejor usar siempre módulos idénticos.

Olvidar el escudo I/O o los soportes de la placa base

Este es un error clásico de principiante que puede dar muchos problemas:

  • Escudo I/O (I/O Shield): Es esa plaquita metálica que cubre los puertos traseros de la placa base (USB, red, audio…). DEBE instalarse en la caja ANTES de atornillar la placa base. Si te olvidas y ya has montado la placa, tendrás que desmontarla para ponerlo. No es solo estético, ayuda a la correcta conexión de los periféricos y a la integridad estructural.

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  • Soportes (Standoffs): Son esos pequeños tornillos elevadores (normalmente de latón o negros) que se atornillan a la bandeja de la caja y sobre los cuales descansa y se atornilla la placa base. Su función es elevar la placa para evitar que los circuitos de la parte inferior hagan cortocircuito con el metal de la caja. Asegúrate de instalar todos los soportes necesarios que coincidan con los agujeros de tu placa base y ninguno extra donde no haya agujero, ya que un soporte extra tocando la parte trasera de la placa también puede causar un cortocircuito fatal.

Colocación incorrecta de los ventiladores

Un buen flujo de aire es vital para mantener bajas las temperaturas. Colocar mal los ventiladores puede ser contraproducente:

  • Dirección del Flujo: Fíjate en las flechas que suelen venir moldeadas en el marco del ventilador. Una indica la dirección de rotación y la otra la dirección del flujo de aire (hacia dónde expulsa el aire).

  • Configuración Típica: La configuración más común y efectiva es:

    • Ventiladores frontales (y a veces inferiores): Metiendo aire fresco a la caja (Intake).

    • Ventiladores trasero y superior: Sacando el aire caliente de la caja (Exhaust).
      El objetivo es crear una corriente de aire que fluya desde el frontal/inferior hacia el trasero/superior, pasando por los componentes clave (CPU, GPU). Una mala configuración (ej. todos metiendo o todos sacando aire) reduce drásticamente la eficiencia de la refrigeración.

Gestión de cables deficiente (Cable Management)

Dejar un amasijo de cables desordenados dentro de la caja no es solo feo, sino también perjudicial:

  • Obstrucción del Flujo de Aire: Los cables sueltos pueden bloquear el paso del aire, creando bolsas de calor y aumentando las temperaturas generales.

  • Dificulta el Mantenimiento: Si necesitas cambiar un componente o solucionar un problema, una maraña de cables lo hace mucho más difícil.

  • Riesgo de Atascar Ventiladores: Un cable suelto puede engancharse accidentalmente en las aspas de un ventilador (CPU, GPU, caja), deteniéndolo y causando sobrecalentamiento o ruido.

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¿La solución? Paciencia y organización. Usa las bridas o velcros. Aprovecha los canales y puntos de anclaje para cables que suelen incluir las cajas modernas en la parte trasera de la bandeja de la placa base. Intenta pasar la mayoría de los cables por detrás y sácalos solo donde sea necesario conectarlos. Un montaje limpio no solo se ve mejor, sino que refrigera mejor y es más seguro y fácil de mantener. 

Conexiones incorrectas o forzadas

El último paso del ensamblaje físico es conectar todos los cables de alimentación y datos. Aquí también hay trampas:

  • Conectores del Panel Frontal: Los pequeños cables para el botón de encendido (Power SW), reinicio (Reset SW), LED de encendido (Power LED) y LED de actividad del disco (HDD LED) son la pesadilla de muchos. Consulta IMPRESCINDIBLEMENTE el manual de tu placa base para saber dónde y con qué orientación conectar cada uno. Conectarlos mal puede hacer que el PC no encienda o que los botones/luces no funcionen.

  • Alimentación de CPU (EPS) y GPU (PCIe): Las fuentes de alimentación modernas tienen cables específicos para la CPU (suelen ser de 4+4 pines, llamados EPS) y para la tarjeta gráfica (de 6+2 pines, llamados PCIe). ¡No los confundas! Aunque a veces parecen similares, tienen formas ligeramente distintas y conectarlos en el lugar incorrecto puede causar daños graves. Usa los cables etiquetados correctamente para cada componente. Si tu GPU necesita varios conectores PCIe, usa cables separados desde la PSU para cada uno si es posible, en lugar de usar un solo cable con múltiples conectores en serie (daisy-chain), especialmente en GPUs de alto consumo, para asegurar una entrega de energía estable.

  • ¡Precaución Máxima con el Conector 12VHPWR (PCIe 5.0)! Las tarjetas gráficas más recientes y de mayor consumo (especialmente algunas de gama alta de NVIDIA) utilizan el nuevo conector de alimentación 12VHPWR (también conocido como conector PCIe 5.0 o ATX 3.0). Este conector puede suministrar mucha más potencia (hasta 600W), pero también ha sido fuente de problemas si no se conecta perfectamente.

    • Asegura la Conexión Completa: Es absolutamente crucial que el conector 12VHPWR esté totalmente insertado y encajado en el puerto de la tarjeta gráfica, sin inclinaciones ni huecos visibles. Una conexión parcial o incorrecta puede provocar una resistencia eléctrica elevada en los pines, generando un calor extremo que puede derretir el conector e incluso quemar el cable o dañar la tarjeta gráfica.

    • Evita Doblar el Cable Cerca del Conector: No dobles bruscamente el cable 12VHPWR justo a la salida del conector. Deja un margen de unos centímetros antes de empezar a curvarlo para la gestión de cables. Una tensión excesiva o una curva muy pronunciada cerca del conector puede contribuir a una mala conexión.

    • Usa Cables de Calidad: Utiliza el cable 12VHPWR que viene con tu fuente de alimentación ATX 3.0 nativa, o adaptadores de alta calidad si tu PSU no es nativa (aunque se recomienda PSU ATX 3.0 para estas GPUs). Revisa visualmente el conector y los cables buscando cualquier signo de daño antes de instalarlo.

    • Si tienes dudas, busca guías visuales o consulta a expertos. Dada la potencia involucrada y los problemas reportados, la precaución extra con este conector es fundamental.

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  • Conectores SATA: Para discos SSD SATA o HDD, necesitas conectar tanto el cable de datos SATA (más estrecho, a la placa base) como el cable de alimentación SATA (más ancho, desde la PSU). Asegúrate de que ambos estén firmemente conectados.

  • No Fuerces Conectores: Al igual que con los componentes, si un conector no entra fácilmente, comprueba la orientación. Muchos conectores (EPS, PCIe, SATA Power, USB 3.0 interno) tienen formas específicas o clips para entrar de una sola manera.

Fase 4: Errores comunes post-ensamblaje y primer arranque

¡Felicidades! Has ensamblado todas las piezas, los cables están (esperemos) ordenados y tu torre luce imponente. Pero la prueba de fuego llega ahora: el primer arranque. Que el PC esté montado no garantiza que todo funcione a la perfección desde el minuto uno. Todavía pueden surgir algunos problemas o descuidos importantes en esta etapa final.

Problemas en el primer arranque (No POST)

Le das al botón de encendido y… nada. O quizás los ventiladores giran y las luces se encienden, pero no ves imagen en el monitor ni escuchas el clásico «bip» de arranque (si tu placa lo tiene). Esto se conoce como un fallo de POST (Power-On Self-Test), la autoprueba inicial que realiza el sistema. Es frustrante, pero suele deberse a errores de montaje fáciles de solucionar. 

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¿Qué comprobar metódicamente? (¡Siempre con el PC apagado y desenchufado!)

  1. Alimentación Principal: ¿Está el interruptor trasero de la fuente de alimentación (PSU) en la posición de encendido (I)? ¿Está el cable de corriente bien enchufado a la PSU y a la pared?

  2. Conexiones de Alimentación Clave: Vuelve a verificar que el cable de alimentación principal de la placa base (ATX 24 pines) y el de la CPU (EPS 4+4 u 8 pines) estén completamente encajados en sus respectivos conectores en la placa base.

  3. Memoria RAM: Una RAM mal asentada es una causa muy común de fallo de POST. Saca los módulos, verifica que no haya polvo en los slots y vuelve a insertarlos asegurándote del «click» en ambos extremos. Prueba a arrancar con un solo módulo de RAM (en el slot recomendado por el manual) para descartar un módulo defectuoso.

  4. Tarjeta Gráfica (GPU): Asegúrate de que la GPU esté completamente insertada en el slot PCIe x16 principal y que los cables de alimentación PCIe (si los requiere) estén bien conectados tanto a la GPU como a la fuente. ¿Has conectado el cable del monitor a la tarjeta gráfica y no a los puertos de vídeo de la placa base? (Error común si tienes una CPU sin gráficos integrados).

  5. Conexiones del Panel Frontal: ¿Conectaste correctamente el cable del botón de encendido (Power SW) a los pines correspondientes de la placa base? Consulta el manual.

  6. Cortocircuitos: ¿Usaste correctamente los soportes (standoffs) de la placa base? ¿Hay algún tornillo suelto o cable haciendo contacto donde no debe?

  7. (Avanzado) Clear CMOS: A veces, una configuración incorrecta residual en la BIOS/UEFI puede impedir el arranque. Consulta el manual de tu placa para hacer un «Clear CMOS» (normalmente mediante un jumper o un botón en la placa, o quitando la pila durante unos minutos).

La clave es ser metódico y comprobar una cosa cada vez. No desmontes todo a lo loco.

No configurar la BIOS/UEFI correctamente

¡Tu PC arranca y ves imagen! ¡Genial! Pero el trabajo no ha terminado. Entrar en la BIOS/UEFI (normalmente pulsando Supr/Del, F2 o F12 durante el arranque) es crucial la primera vez:

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  • Verificar Reconocimiento de Componentes: Asegúrate de que la BIOS/UEFI detecta correctamente tu CPU, la cantidad total de RAM y tus unidades de almacenamiento (SSD/HDD).

  • ¡Activar Perfiles de RAM (XMP/EXPO)! Este es un paso fundamental y muy olvidado. Tu RAM de alta velocidad (ej. 3200MHz DDR4, 6000MT/s DDR5) probablemente funcione a una velocidad base mucho más lenta por defecto. Para alcanzar la velocidad anunciada por la que pagaste, debes activar manualmente el perfil XMP (Intel) o EXPO (AMD) en la configuración de la BIOS/UEFI. No hacerlo significa estar perdiendo una cantidad significativa de rendimiento, especialmente en juegos.

  • Establecer el Orden de Arranque (Boot Order): Antes de instalar el sistema operativo, necesitas decirle a la BIOS/UEFI desde qué unidad intentar arrancar primero. Configura el orden para que arranque desde tu unidad USB de instalación de Windows (o el medio que uses) y luego, una vez instalado, cambia el orden para que arranque desde tu SSD/NVMe principal.

Dedica unos minutos a explorar las opciones básicas de tu BIOS/UEFI. Familiarizarte con ella te será útil en el futuro.

Olvidar o instalar drivers incorrectos

Has instalado Windows, ¡ya casi está! Pero ahora necesitas instalar los controladores (drivers) para que todos tus componentes funcionen correctamente y a pleno rendimiento. Un error común es confiar en los drivers genéricos que instala Windows o, peor aún, descargar drivers de fuentes no fiables.

  • Drivers Esenciales: Como mínimo, necesitas instalar:

    • Driver del Chipset: Fundamental para la correcta comunicación entre la CPU, la RAM, los puertos USB y otros componentes de la placa base. Descárgalo desde la web oficial del fabricante de tu placa base (Asus, Gigabyte, MSI, ASRock…) o directamente desde la web del fabricante del chipset (Intel o AMD).

    • Driver de la Tarjeta Gráfica (GPU): ¡Absolutamente crítico para el rendimiento en juegos! Descarga siempre la última versión estable directamente desde la web oficial de NVIDIA (GeForce Experience/drivers) o AMD (Adrenalin Software/drivers). Los drivers genéricos de Windows limitan enormemente el potencial de tu GPU.

    • Driver de Red (LAN/WiFi): Para poder conectarte a internet por cable o WiFi (si tu placa tiene). Descárgalo desde la web del fabricante de la placa base. (Consejo: descárgalo en otro PC y guárdalo en un USB antes de instalar Windows, por si Windows no lo reconoce de inicio y no puedes conectarte para descargar los demás drivers).

    • Driver de Audio: Para que funcionen los altavoces o auriculares conectados a la placa base. También desde la web del fabricante de la placa.

    • (Opcional) Otros Drivers: Dependiendo de tu placa, puede haber drivers específicos para USB 4, Thunderbolt, controladores SATA/RAID adicionales, etc. Revisa la sección de soporte de tu placa base.

  • Fuente Fiable: ¡Siempre la Web Oficial! No descargues drivers de sitios de terceros, agregadores de drivers o programas «actualizadores» automáticos dudosos. Estos pueden instalar versiones incorrectas, desactualizadas o incluso malware. Ve siempre a la fuente original: fabricante de la placa base, NVIDIA o AMD.

  • Mantén Actualizados (Especialmente GPU): Los fabricantes de GPUs lanzan actualizaciones frecuentes que optimizan el rendimiento para nuevos juegos y corrigen errores. Es recomendable mantener el driver de la GPU actualizado. Para los demás (chipset, audio, red), no es necesario actualizar constantemente a menos que experimentes problemas específicos.

No monitorizar temperaturas y rendimiento inicial

Tu PC arranca, tienes drivers, parece funcionar bien… ¿listo? Casi. Es muy recomendable dedicar un tiempo a verificar que las temperaturas y el rendimiento son los esperados. Esto te ayuda a detectar problemas de montaje (como una mala aplicación de pasta térmica o un mal flujo de aire) antes de que causen daños o inestabilidad a largo plazo.

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  • Software de Monitorización: Usa herramientas fiables para ver las temperaturas de la CPU y la GPU, así como su uso y velocidades. Algunas opciones populares y gratuitas son:

    • HWMonitor o HWiNFO64: Proporcionan lecturas detalladas de sensores (temperaturas, voltajes, velocidades de ventilador…).

    • MSI Afterburner (con RivaTuner Statistics Server): Excelente para monitorizar temperaturas, uso de CPU/GPU y FPS mientras juegas (mostrando la información en pantalla).

    • Software propio del fabricante: A menudo, los fabricantes de placas base o GPUs ofrecen sus propias utilidades de monitorización.

  • Verifica Temperaturas en Reposo (Idle): Con el PC encendido pero sin hacer nada intensivo (solo el escritorio de Windows), las temperaturas de la CPU y GPU deberían ser relativamente bajas (los valores exactos varían mucho, pero generalmente por debajo de 40-50°C es normal en reposo, dependiendo del ambiente y componentes).

  • Prueba Bajo Carga (Stress Test / Gaming): Ejecuta un juego exigente durante un rato o utiliza una herramienta de «stress test» (como Prime95 para CPU, FurMark para GPU, o benchmarks como Cinebench R23, 3DMark). Observa las temperaturas máximas alcanzadas.

  • ¿Qué temperaturas son «normales» bajo carga? Varía enormemente según la CPU, la GPU, el disipador, la caja y la temperatura ambiente. Sin embargo, como regla general muy aproximada, si tu CPU supera constantemente los 85-90°C o tu GPU los 80-85°C bajo carga intensa, podría indicar un problema de refrigeración que deberías investigar (mala aplicación de pasta térmica, flujo de aire insuficiente, disipador inadecuado o mal montado). Consulta rangos seguros específicos para tus componentes.
  • Comprueba el Rendimiento Esperado: Si tienes referencias (reviews, benchmarks online) de cómo debería rendir tu combinación de CPU/GPU en ciertos juegos o pruebas, compáralas con tus resultados. Un rendimiento significativamente inferior al esperado podría indicar problemas de drivers, configuración (¿activaste XMP/EXPO?), temperaturas (throttling) o incluso un componente defectuoso.

Dedicar una hora a estas comprobaciones iniciales te da tranquilidad y te asegura que tu inversión está rindiendo como debe y de forma segura.

José Antonio Martínez Pérez

Soy un señor del silicio, un arquitecto de circuitos y un domador de GPUs, forjado en el calor de un overclock extremo. Mi reino está lleno de torres RGB que brillan como constelaciones, y mi arma es un destornillador magnético con el que construyo PCs como si fueran naves espaciales. Colecciono disipadores como trofeos, sueño con un mundo donde el thermal throttling no exista y venero el sonido de un ventilador Noctua en plena batalla. Si me buscas, estaré ajustando mi BIOS o soldando cables, porque para mí, el hardware es la verdadera magia del universo digital. 💾🖥️
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